Di, me crucé con Testino y casi estuve a punto de darle un beso. Aunque mejor se lo hubiera dado a los asistentes bimbollos que le acompañan. Tengo una anécdota graciosa. La única obsesión de Mario era comprar el libro de Gatti a toda costa. Le ordenaba a sus discípulos que le consiguieran uno sin falta (no se fuera a quedar sin uno), y le ordenaba a los chicos que pidieran a Gatti que se lo firmara. ¡Cómo cambian los papeles! Cada día me doy más cuenta que Mario es un mediocre. Con mucha suerte y buen gusto, pero mediocre al fin y al cabo.
Yo solo quiero saber si te cruzaste con Testino y le pusiste la zancadilla
ResponderEliminarDi, me crucé con Testino y casi estuve a punto de darle un beso.
ResponderEliminarAunque mejor se lo hubiera dado a los asistentes bimbollos que le acompañan.
Tengo una anécdota graciosa. La única obsesión de Mario era comprar el libro de Gatti a toda costa. Le ordenaba a sus discípulos que le consiguieran uno sin falta (no se fuera a quedar sin uno), y le ordenaba a los chicos que pidieran a Gatti que se lo firmara. ¡Cómo cambian los papeles! Cada día me doy más cuenta que Mario es un mediocre. Con mucha suerte y buen gusto, pero mediocre al fin y al cabo.